Cómo afecta el ruido de una oficina al rendimiento de los trabajadores y qué acciones puedes tomar para reducirlos
El ruido en la oficina es un problema común en el día a día de cualquier oficina, independientemente de su tamaño o de la cantidad de trabajo que haya. Aunque sea algo inherente al trabajo, niveles demasiado elevados pueden afectar al rendimiento y ocasionar problemas de salud en los trabajadores. ¿Sabes cómo reducir el ruido de tu oficina para conseguir crear el mejor ambiente para tus trabajadores?
Las conversaciones, las impresoras, las alertas de los correos o los ordenadores son las principales fuentes de ruidos que te puedes encontrar en una oficina. Si estos sonidos son muy elevados, afectan a la capacidad de concentración del trabajador y, por lo tanto, a su rendimiento.
Además, exposiciones prolongadas pueden producir problemas de salud más graves como: insomnio, ansiedad, estrés, afectar al sistema auditivo e incluso propiciar la aparición de problemas digestivos.
Según diversos estudios, para evitar la aparición de estos efectos negativos se recomienda que el ruido de la oficina se encuentre entre 30 y 40 decibelios y que nunca sobrepase los 55 decibelios.
Como has podido ver, la exposición prolongada a ruidos de la oficina puede suponer graves problemas tanto de salud como de rendimiento en los trabajadores. Por eso, si detectas que tu oficina puede tener un nivel elevado de contaminación acústica, te recomendamos que actúes con rapidez.
Para reducir el nivel de ruido de tu oficina debes intervenir a tres niveles que son:
Con el generador de ruido, nos referimos a las acciones que puedes tomar para reducir los sonidos generados por elementos de la oficina como: impresoras, ordenadores o fotocopiadoras.
Nuestra recomendación es colocar barreras u obstáculos que dificulten la transmisión del ruido en la oficina, para ello puedes emplear muebles o plantas que absorban los excesos de ruido.
En oficinas con dimensiones más reducidas, puede que no puedas llevar a cabo estas medidas por problemas de espacio, por lo que te aconsejamos optar mejor por una redistribución de los diferentes elementos.
No todas las acciones para reducir el ruido en una oficina se centran en acciones sobre la oficina y su espacio, sino que también se puede proporcionar elementos de protección para oficinas como pueden ser: tapones o cascos aislantes.
Así mismo, también es aconsejables realizar audiometrías periódicas que te ayudan a evaluar los niveles de ruido de tu oficina y puedas tomar acciones más precisas y acordes a los requerimientos de tu espacio de trabajo.
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