Estas son las herramientas y programas que no pueden faltar en cualquier empresa y agencia de diseño gráfico.
El mercado evoluciona, y esto permite que la creatividad aumenta, en la misma medida que aparecen nuevos modelos de negocios y herramientas a utilizar para plasmar todas estas ideas y hacerlas públicas. Es algo muy ligado a las tendencias y la vanguardia en tecnología, pero también tiene su base en el uso de mucho componente físico, materiales, herramientas y maquinaria, que permiten que se mantenga el estilo y pueda visualizarse de una manera clara y directa.
Está claro que actualmente, en prácticamente cualquier trabajo, y más aún en aquellos relacionados con el diseño y las nuevas tecnologías, todos los avances y la digitalización ha sido una fuente de inspiración y un soporte que ha ido creciendo día tras día ampliando y mejorando, tanto las condiciones, como los resultados de este tipo de trabajos y proyectos.
El diseño tiene lo mejor de las influencias de artistas de los pasados años, y las herramientas más precisas, rápidas y complejas para transformar las ideas y el imaginario en proyectos visuales en medios audiovisuales o en formato físico como el papel.
La calidad final es algo evidente. Fundamentalmente por las dos partes más importantes que engloban este trabajo. Una de ellas es la realización, que ha dado un gran salto de calidad por todos los formatos, programas digitales y herramientas de edición disponibles para estos cometidos. El otro lado lo componen las imprentas y rotativas que consiguen trasladar la planificación y hacerla realidad. Pero, ¿cómo conseguir un trabajo tan profesional?
Los diseños se han globalizado. El diseño gráfico se ha abierto muchas vías y su vinculación a la sociedad cada vez es mayor, no solo en galerías de artes, arte urbano, o fotografía, sino también con la creación de folletos informativos, revistas, tarjetas de visitas, dípticos, trípticos o carteles y pósters. Un resultado que es la consecución de una serie de fases por las que cualquier agencia de diseño supera hasta poder entregar el producto final al cliente.
La idea de cualquier diseño gráfico, como puede ser un cartel de un festival, requiere de unas sesiones previas para determinar la idea que se quiere transmitir y cómo enfocar el trabajo. Un escuerzo de coordinación y creatividad para dar con la imagen principal del cartel y la atmósfera adecuada.
Un tiempo en el que el lápiz y el papel se convertirán en el principal aliado para crear los primeros bocetos y mock ups. Unas primeras pruebas e ideas que posteriormente pasarán a ser versiones digitales. Antes de comenzar la fase de producción es necesario estipular las medidas sobre las que trabajar en el documento, ya que son las que se usarán para la impresión final del cartel, o cualquier creatividad.
Hay que pensar también en el mejor tipo de papel para la impresión. Hay una gran diversidad de tipos de papel: de colores, de más o menos gramaje, según el tamaño, si es satinado… cada uno de ellos con una serie de características. Para ello, el momento de las pruebas de impresión también supone un gran avance. Si bien es cierto que normalmente las impresiones finales se hacen en una imprenta especializada, también si se están desarrollando packaging con troqueles incorporados y cortes, disponer de una impresora a mano en la agencia para pruebas internas previas será de gran ayuda.
Otras herramientas que, sin duda, agilizarán el trabajo de una forma rápida y sencilla y que se llevan usando desde hace tiempo son las guillotinas, para eliminar márgenes o separar diseños, así como las destructoras de papel.
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