Por qué son tan importantes las pantallas donde se va a proyectar una imagen o vídeo, y qué tipo de formato de pantallas son los predominantes y más usados.
La oferta del mercado actual obliga a tomar ciertas decisiones a la hora de comprar cualquier artículo o cubrir una necesidad. Una de ellas está relacionada con el sector de la electrónica y la imagen, y tiene que ver con la elección que hay que tomar entre declinarse por un televisor, o hacer lo propio con un equipo de proyección completo. Tanto en un ambiente doméstico, particular y de ocio, así como en un entorno empresarial o profesional, estas dudas siempre se generan. Como respuesta, vamos a destacar la personalidad y características más ventajosas de un equipo de proyección, y de cuánto importan las pantallas para proyectar.
La sociedad actual se concentra en el auge de lo digital y la imagen. En parte influenciados por la estética de las salas de cine, cada vez más particulares deciden comprar un proyector y una pantalla para instalarla y colocarla en una habitación de la propia casa. Un sistema de ocio con el que poder ver películas, vincular vídeos y ver imágenes, o jugar a videojuegos.
Todo ello a una gran calidad y con un formato de pantalla de mayor amplitud, y sin tener que desembolsar el mismo precio que costaría un televisor de esas mismas dimensiones. Por ello, y por su manejabilidad y poco espacio que ocupa, esto supone una gran ventaja para ambientes domésticos y particulares.
Otra de las situaciones más habituales donde es posible aprovecharse de las funcionalidades y las características propias de estos equipos de proyector más pantalla son los diferentes eventos, congresos, reuniones o clases para una audiencia determinada en un espacio más amplio.
Un auditorio o público que a través de estas pantallas puede visualizar sin ningún tipo de problema las imágenes o vídeos que vayan a ser expuestos. Una solución eficaz y sencilla donde convergen en gran medida tres factores: el tamaño de la pantalla, la disposición y facilidad para colocarla, y la calidad de la imagen. Además, pese a lo que se pueda pensar, los sistemas proyectores son bastante silenciosos, por lo que no entorpecerán la escucha. Se valora positivamente, por tanto, la distancia y la gran capacidad que ofrecen para salas y clases con mucho público.
En el caso de los proyectores y pantallas para empresas, hay que asegurarse bien de las opciones de contraste y brillo. Ya que normalmente todas las reuniones, meetings o presentaciones van a ser en momentos del día y con luz.
Existen diferentes formatos de pantallas en función de las características y lo que se necesita en cada caso. Aún con estos condicionantes y diferencias, lo más relevante siempre es elegir artículos de calidad y que ofrezcan el resultado óptimo. Esto está vinculado tanto a los aspectos técnicos, potencia y cualidades del proyector, así como el formato de la propia pantalla donde se va a exponer.
Unas pantallas que deben ofrecer un alto nivel de contraste y saturación de color adecuada, para controlar los distintos ambientes lumínicos y deben ofrecer un recubrimiento óptico especial para reflectar correctamente la imagen.
En este sentido, existe un gran cambio y diferencia en función de si se acaba usando unapantalla (más calidad), o si se decide proyectar sobre una pared que no está preparada para este tipo de actividad. Además, la mayoría de las pantallas están provistas de un borde negro a su alrededor que cumple la función principal de acotar la visión del público para limitar el arco y centrar la mirada. También hay que destacar que las pantallas mantienen un formato más tenso del material, lo que provoca que no se produzcan pliegues o solapamientos de la imagen como podrían darse con una pared irregular. Teniendo esto en cuenta, se debería hacer uso de alguno de estos formatos de pantalla que están disponibles.
Las pantallas fijas suelen colocarse en un espacio inamovible y ya convertido en una sala de proyección habitual. Se montan fácilmente en una pared a la vista de todos y suelen tener untamaño mayor que otros modelos del mercado.
Las retráctiles son una de las opciones más habituales. Se cuelgan de una manera sencilla sobre varios soportes. Se trata de un rectángulo del que es posible descolgar una pantalla mural en los momentos en los que se requiera de su uso, para después volver a recogerlo para mantenerlos en las mejores condiciones y evitar una exposición continuada del mismo.
Por otro lado, para situaciones con un público más limitado, ya sean reuniones o exposiciones y clases para pocas personas, surgen como opciones más que útiles las pizarras móviles, que vienen provistas de un trípode para poder moverlas y colocarlas en la posición que se quiera. Suelen estar disponibles a un precio más reducido que las anteriores.
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